Hasta en el aeropuerto los feligreses lo han seguido para darle el último conmovedor saludo. Ojalá sea un "hasta luego" para verlo de nuevo en Chile a compartir la vida con nosotros. P. Eloy deja una huella no común como sacerdote y como camiliano. Alguien lo ve como un ejemplo heróico de caridad. Esperamos los frutos de vocaciones y conversiones de este modelo.