Felipe Octavio Caroja Guajar, 24 años, se hospitalizaba la noche del 14 de octubre de 2007 en el hospital Parroquial de San Bernardo por una herida de cuchillo que había cortado la arteria aorta y la vena cava: es la clásica herida del torero que nunca deja viva la persona. pero per una serie de affortunadas circunstancias en el hospital y después de la Unción de los Enfermos (el encuentro con Cristo Médico), confiado a la intercesión de Nicola D'Onofrio con una estampita cerca de la cama (como pasó con el carabinero J. Pezo), Felipe no murió y el 14 de noviembre despertó después de un mes de inconciencia, recuperando todas sus facultades mentales y físicas, a pesar de la amputación de la pierna derecha.
Hoy 7 de diciembre, con toda su familia, está agradecido por tener una vida regalada por Dios. como vice-capellán, me impactó ver como en los días del hospitalización en el Parroquial, la familia permanecía unida fuera de la UCI rezando con fe y esperando contra toda esperanza. Antes que una vida física salvada, esto es para mí, una prueba que ha ayudado a una familia a crecer en la fe y a llevar salvación donde se necesitaba. además es un signo de que Dios está presente en el Hospital Parroquial de San Bernardo y acompaña con sus prodigios la labor pastoral de los religiosos camilianos.
P. Pietro Magliozzi m.i.
