Yo Soy Hincha de San Camilo


Nueva polera San Camilo - Joven


Habemus Papam FRANCISCUM I


Religiosos Camilianos en Chile: Familia Camiliana Laica (FCL)

Religiosos Camilianos en Chile: Familia Camiliana Laica (FCL): VISITA DE ROSABIANCA CARPENE, M.ELVIRA SILVERO Y ELVIRA SCAISE A CHILE Rosabianca es presidenta mundial de la Familia Camiliana Laica...

Familia Camiliana Laica (FCL)


VISITA DE ROSABIANCA CARPENE, M.ELVIRA SILVERO Y ELVIRA SCAISE A CHILE

Rosabianca es presidenta mundial de la Familia Camiliana Laica (FCL) y miembro del instituto de espiritualidad camiliana de vida secular (consagradas laicas) “Misioneras de los Enfermos Cristo Esperanza”. El motivo de su visita a Chile ha sido ver la posibilidad de implantar en este país el instituto de consagración laical camiliana y encontrar la FCL para ayudarla a tomar un rumbo y hacer sus elecciones para el futuro.
Esta visita ha sido para todos (laicos y religiosos) una oportunidad para redescubrir y valorizar el significado y la identidad del laicado comprometido en el mundo de hoy, entender qué significa ser contento de la vocación a la secularidad consagrada con su específico camino.










Nuestra Señora de la Salud en la iglesia de Santa María Magdalena en Roma




 
Entre las numerosas imágenes de María que se veneran en Roma, una está estrechamente conectada con la historia y el espíritu de los Ministros de los Enfermos, Nuestra Señora de la Salud, un lienzo del siglo XVI conservado en la capilla del mismo nombre en la Iglesia de Santa María Magdalena, la casa madre de la Orden.
 
Ha habido gran número de intentos de los eruditos para desarrollar su historia: desde las antiguas memorias del padre Giuseppe Trambusti hasta las novedades publicadas en la revista camiliana Domesticum y los artículos de L’Osservatore Romano, las versiones del siglo XX del padre Mario Vanti y del padre Piero Sannazzaro y los estudios más recientes del padre Felice Ruffini.
 
Las fuentes indican que esta pintura perteneció originalmente a la Señora Settimia De Nobili, esposa del Señor Giovanni Paganelli. Esta mujer falleció por enfermedad el 15 de mayo de 1616. Vivía cerca de la Iglesia de Santa María Magdalena y durante su enfermedad recibió la asistencia del sacerdote camilo Cesare Simonio, quien era en ese entonces el rector de la iglesia y había sido llamado para visitarla, confortarla y recibir su confesión. Este sacerdote tuvo oportunidad de ver en una de las habitaciones de la casa esta misma imagen, frente a la cual la mujer oraba. Estaba puesta en un soporte decorado con lacres y flores, como si estuviera en un altar. Dado que no quiso donarla en vida, la Signora De Nobili dejó en un acta del 19 de febrero de 1614 ante notario público que la pintura sería dejada como herencia a los Camilos. Así como después de su muerte la Orden tomó posesión de esta imagen.
 
El padre Trambusti, que en 1868 escribió una historia de la pintura, entrega información en parte distinta a las fuentes. Dice que la Signora De Nobili, a quien él no dio ningún nombre pero describió en términos generales como dama noble, en una primera instancia le negó la pintura al padre Simonio, su confesor, pero a medida que su enfermedad empeoraba, “se decidió resueltamente a hacer un sacrificio completo”. Después de traer de vuelta al camilo “ella le entregó la Sagrada Imagen para que la pudiera colocar en la Iglesia de Santa María Magdalena para la veneración pública. Una vez hecho esto, la enfermedad mejoró notablemente hasta lograr su recuperación total. Desde este hecho, dado que todavía no tenía ningún título especial, a la Imagen se le dio el consolador nombre de Salud de los Enfermos, Salus Infirmorum”.
 
De acuerdo a la tradición transmitida por el padre Trambusti, esta obra, antes de pertenecer a Settimia De Nobili, había estado en poder del Sumo Pontífice Pío V (1566-1572) en uno de sus aposentos en el Vaticano. De hecho, al parecer delante de esta misma imagen el Papa, mientras oraba, supo del victorioso resultado de la batalla de Lepanto entre la coalición de los ejércitos europeos y el Imperio Otomano (7 de Octubre de 1571).
 
En la casa generalicia de la Orden hay dos pinturas que evocan esta tradición: una muestra a la moribunda Signora De Nobili y su confesor en frente de Nuestra Señora de la Salud y la otra retrata al Sumo Pontífice Pío V rezando frente a la imagen de Nuestra Señora, cuyas características se asemejan a las de Nuestra Señora de la Salud.
 
En realidad, no está claro enfrente de qué imagen de Nuestra Señora está rezando el Sumo Pontífice: hay varias representaciones de Nuestra Señora que reclaman este honor. Sin embargo, es cierto que la imagen de Nuestra Señora de la Salud, conservada en la Iglesia de Santa María Magdalena, aunque con sus particularidades, tiene los rasgos de un modelo antiguo, la así llamada Nuestra Señora de San Lucas, que representa a María en un estilo greco-bizantino y que había llegado a Italia desde Oriente.
 
El cuadro de Santa María Magdalena, que la tradición (reportada por Padre Trambusti) incluso atribuye al Beato Angelico, se remonta a los principios del siglo XVI, y es por una mano desconocida que se había formado, de acuerdo a lo que refiere el Padre Vanti, en la escuela de Perugino y Rafael.
Esta tela muestra la parte superior del cuerpo de Nuestra Señora adornada con un manto verde y azul con una estrella en el hombro derecho, sosteniendo al Niño Jesús con el brazo y mano izquierdos. El Niño Jesús está representado completo, vistiendo una túnica parda y parcialmente cubierto por un manto escarlata pequeño. La pintura original era más grande: las manos levantadas y los rostros de los ángeles en el fondo fueron removidos durante una antigua restauración. Ahora mide 95 centímetros y medio de alto y setenta centímetros de ancho.
 
Esta imagen, que originalmente se ubicaba en el altar mayor, con la construcción de la nueva iglesia encontró su sitio final en la segunda capilla a la derecha, la cual está dedicada a Nuestra Señora de la Salud. Las obras en la capilla se llevaron a cabo entre 1674 y 1677. Nuevas obras se desarrollaron en 1718, en conformidad con los planos del arquitecto romano Francesco Ferruzzi, quien definió su forma final.
 
La veneración de esta imagen, siguiendo el ímpetu impreso por los Camilos y en primer lugar por el Padre Simonio, se desarrolló inmediatamente con el título, primero, de Santa María de la Sanidad y luego como Nuestra Señora de la Salud y Salus Infirmorum. La imagen fue bien conocida por los Camilos desde 1690 en adelante y se hicieron copias que fueron enviadas a  varias casas de la Orden, hasta en España. También fueron dedicadas a Nuestra Señora de la Salud las dos nuevas iglesias camilianas que fueron construidas en Gaeta y Milán.
 
Esta sagrada imagen, específicamente para enfatizar cuán grandemente venerada era, fue coronada solemnemente por el Capítulo Vaticano de 1668. Fue coronada por segunda vez en 1868, ya que la primera corona había sido removida en 1797 durante la ocupación napoleónica de la ciudad.
Como ya han señalado Padre Vanti y Padre Ruffini, esta idea de María Salus Infirmorum no se desarrolló después de la muerte de San Camilo, sino que ya era bastante fuerte mientras él vivía. En Mayo de 1606, en la iglesia camiliana de Messina, una devota imagen antigua de María recibió el nombre de Nuestra Señora de la Sanidad.
 
La veneración por Nuestra Señora de la Salud ha estado estrechamente unida al carisma de los Camilos. San Camilo invitó a sus religiosos a dirigirse siempre con confianza a Nuestra Señora, en particular para la asistencia de los enfermos, y a tomarla como modelo: María, en su trabajo de asistencia a su prima Isabel y a su hijo Jesús, al pie de la cruz, había enseñado como cuidar de los enfermos y los moribundos.
 
El padre Felice Ruffini, en sus reflexiones sobre la dimensión mariana de la espiritualidad de San Camilo, ha iluminado cómo para este santo las variadas formas y expresiones de devoción a Nuestra Señora, la Inmaculada Concepción y la Virgen de los Dolores, estaban radicalmente basadas en el binomio de Cristo Crucificado y su Madre María. En particular, Ruffini ha enfatizado que en su trabajo de asistencia a los enfermos, San Camilo, quería llevar a Nuestra Señora, que estuvo a los pies de la cruz de Jesús sufriente, como Salus Infirmorum al lado de la cama de cada persona enferma, siendo en esto imitado por su Orden.
 
Varias placas votivas expresan gratitud a Nuestra Señora de la Salud. Una de las más importantes es una de plata, colocada en el pilar de mármol verde que sostiene el arco de la capilla. Esto documenta la gratitud de los devotos de Nuestra Señora, en particular los parroquianos de Santa María Magdalena, quienes no fueron afectados por las epidemias de cólera que afectaron a la ciudad en 1837, 1854-55 y 1867.
 
A pesar de esta gran veneración por los fieles, sólo en 1860 se creó solemnemente una asociación en torno a la sagrada imagen de la Iglesia de Santa María Magdalena en Roma. El hermano camilo Ferdinando Vicari, quien fue el sacristán de la iglesia por muchos años, tuvo la idea de crear esta asociación y promover su fundación. Se dedicó a formar primero una Pía Unión y luego, a través del Breve de Pío IX del 30 de Julio de 1860, fue reconocida como la Cofradía de Nuestra Señora de la Salud, de San José y de San Camilo de Lellis. Posteriormente, a través del Breve del 11 de Mayo de 1866, fue transformada en Archicofradía, con la posibilidad de integrar otras cofradías que se hubieran formado en otros lugares bajo la advocación de Nuestra Señora de la Salud. Esta archicofradía no tenía por propósito sólo la devoción a Nuestra Señora de la Salud, sino también la difusión de su veneración entre las personas enfermas y sobre todo, entre los moribundos.
 
Además de Nuestra Señora de la Salud, se rendía especial veneración a los santos patronos de los enfermos, San José y San Camilo de Lellis. Dar alivio a los enfermos, proveerles de asistencia espiritual, la oración y comprometerse en obras de caridad eran las tareas de los miembros, quienes, en cambio, podían obtener indulgencia plenaria. En corto tiempo, el número de adherentes creció y la iniciativa se expandió más allá de Roma e Italia, hacia Dalmacia y Hungría.
 
La supresión de las órdenes religiosas en 1870 detuvo su desarrollo. La archicofradía sólo recuperó vigor en 1927 cuando Pío XI emitió un Breve el 21 de Mayo de ese año, en el cual reconfirmaba lo que previamente había concedido Pío IX. La archicofradía, en sus regulaciones de 1930, enfatizó nuevamente sus dos objetivos primarios: llevar ayuda espiritual a los moribundos y confortarlos, y entregar ayuda material a través de la asistencia a los enfermos pobres y necesitados. Específicamente en orden a cumplir este segundo objetivo de manera efectiva, fue formada la Asociación Salus Infirmorum, cuyos miembros pertenecían todos a la archicofradía. Esta asociación, además de ayudar a los moribundos con oración, desarrollaba visitas y ofrecía asistencia gratuita y ayuda material a los enfermos pobres en sus casas y los hospitales.
 
La fiesta de Nuestra Señora de la Salud se celebra el 16 de Noviembre.
 
Sabina Andreoni

Fuente del original: “Our Lady of Health in the Church of St. Mary Magdalene in Rome”, por Sabina Andreoni. En Camilliani Camillians N°189 (Julio-Septiembre 2012) – XXVI, pp. 49-51.

MISIÓN CAMILIANA EN LA DESEMBOCADURA DEL AMAZONAS


Del 07 al 22 de Diciembre, nuestro postulante Basil Darker tuvo la posibilidad de participar en una misión camiliana en la desembocadura del río Amazonas, en el estado de Amapá, en el norte del Brasil. En aquella región trabaja una comunidad camiliana (con sede en la ciudad de Macapá) hace 40 años, donde destaca el P. Raúl Matte, que también es médico y que desarrolla desde 1989 misiones de atención médica y espiritual a las comunidades que se encuentran en las riberas del Amazonas, apartadas de los núcleos urbanos (donde están los centros de salud). En palabras de Basil: “De las dos semanas, primero estuvimos 4 días a bordo del “São João Batista II” visitando 4 comunidades ribereñas distintas, realizando atenciones de medicina preventiva y curativa a niños y jóvenes por la mañana y luego por la tarde la atención espiritual a través de los sacramentos de la reconciliación y la Eucaristía; la semana siguiente fue más o menos parecido, estando 3 días atendiendo a indígenas de la etnia Waiãpi, quienes viven en una reservación en medio de la selva, a 300 km al norte de la capital del estado.  Agradezco mucho a Dios y a mi comunidad el haberme permitido participar en esta experiencia única y, diría, heroica. Fue una experiencia muy importante para mí conocer a una persona como padre Raúl, un camiliano sencillo y apasionado, a quien se le nota intensamente feliz en su vida y su vocación, de otra forma no me explico ver a una persona de 78 años encaramándose a un barco ribereño con una energía juvenil que sólo la da el amor por lo que se hace en nombre de Cristo. Creo que P. Raúl encarna de manera admirable el deseo de san Camilo de asistir integralmente a todos los pobres enfermos que se pudiese; y no era un hacer por hacer, sino que se actúa siempre basados plenamente en la relación con Dios y María Santísima, no se podía iniciar ni acabar el día sin dedicarnos a la oración o sin colocar la mirada en Dios, para después verlo con más nitidez en los hermanos que asistimos. Los ejemplos de P. Raúl, P. Jorge, P. José Wilson (sus compañeros en la comunidad de Macapá), y también el de los religiosos de mi comunidad aquí en Chile, me invitan a seguir perseverando y creciendo en este camino de vida junto al Señor, me muestran la riqueza y versatilidad de nuestro carisma y me animan a estar siempre atento a las inspiraciones de Dios, quien me irá revelando cual será mi propio estilo de ser camiliano.”